El entrenamiento en el Inoue Dojo se basa fundamentalmente en buscar la esencia propia del ser.
Cuando decimos que el arte marcial es una disciplina para el físico, la mente y el espíritu del individuo es porque cada uno de ellos debe ser entrenado rigurosamente. El entrenamiento físico, propiamente dicho, será la introducción para pasar al segundo, el mental y este nos dará lugar a la preparación espiritual. Por eso, este principio ternario, no puede excluir ninguno para la realización o despertar del individuo.
La disciplina del entrenamiento en el lugar de práctica más el firme compromiso de vida con los principios del bushido o código de honor del guerrero japonés se proyectará a la vida diaria. La práctica regular conducirá al alumno a los mismos principios que rigen el Universo: gravedad, equilibrio, fuerza centrífuga y centrípeta, acción y reacción, movimientos helicoidales, ritmo, etc).
Para conseguir todo esto en una sola técnica el alumno debe trabajar además su plano mental, preparar su mente, exigirle, educarla, formarla, reformarla. Cómo? Con la disciplina de la voluntad, la tenacidad y al autodeterminación. Desapegándose del propio ego, caminando por el Arte marcial sin buscar ni penas ni glorias. Pensando siempre que el enemigo que más acecha y al cual debemos derrotar es nuestro propio ego.
Cuando se consiga re-educar el plano mental, se podrá acceder a trabajar el espiritual y según como haya formado la mente, así será el espíritu. La práctica espiritual será la que nos conduzca al despertar o iluminación.
Es por esto que en el Karate-Do, encontramos la técnica en el Karate y el camino para el despertar en el Do.
Inoue Alicia